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El contexto
La escritura administrativa está en el corazón de la relación del servidor público con el ciudadano. Esta relación está cambiando y el fenómeno, nos guste o no, tiene
consecuencias en nuestra forma de escribir .
Se fueron reconociendo derechos al ciudadano: respeto por su vida privada, publicidad de la administración, motivación de las decisiones, medios de apelación, institución del mediador, medidas de simplificación administrativa, establecimiento progresivo de una ventanilla única,
etcétera
Que?
Esta nueva mirada que el funcionario aprende sobre el ciudadano influye en su manera para escribir. Se trata de establecer una relación constructiva y ser entendido por la otra persona, que es una persona y no una mera abstracción.
Algunos principios pueden ayudarnos a mejorar la legibilidad de nuestros escritos administrativos. Pero primero, ¿qué es un texto legible? Probablemente todos tengan su opinión al respecto. Para arreglar las ideas, digamos que es un texto comprensible para la persona a quien pertenece. Esta simple definición le da tanta importancia, si no más, al efecto producido
en el interlocutor solo a la calidad del texto mismo.
Por qué ?
¿Por qué hay tantos textos administrativos tan ilegibles? A veces se habla de silenciar ciertos servicios o funciones: el servidor público que sufre las
consecuencias de un texto mal redactado no es el autor, por ejemplo. A menudo también criminalizamos el lenguaje legal, que impone el uso de términos precisos en un sentido que
no es necesariamente el del idioma actual.
Hoy, el movimiento para una mejor legibilidad de los escritos administrativos va mucho más allá de nuestra región, nuestra comunidad lingüística.
Queríamos hacer que estos principios fueran accesibles para todos, hacerlos concretos a través de ejemplos y para alentar la práctica activa.
Por eso los presentamos bajo la forma de 10 reglas de oro. Pruébalos: ayudarás a hacer la vida de todos más simple y más agradable.
Los ejemplos proporcionados aquí son en su mayor parte producidos a partir de documentos auténticos. en nombre de la Región Valona.
Estos ejemplos no fueron elegidos para desafiar quienquiera que sea, pero simplemente para mostrar cómo es posible mejorar.
Nos parece obvio que los textos administrativos pueden perfeccionarse, como todas las obras humanas.
Entonces, si reconoce su pluma en uno u otro ejemplo de este folleto, gracias: es gracias a usted que otros podrán acceder a sus documentos.
Más simple, más claro, más legible.
Finalmente, no dude en enviarnos ejemplos que considere significativos: nos permitirá desarrollar y enriquecer una próxima edición de estas 10 reglas de oro.